Os propongo un viaje en el tiempo través de los míticos anuncios televisivos que en los ochenta se repetían con insistencia en los dos únicos canales que veíamos en España. A continuación, una muestra de la droguería televisiva que ocupa puestos destacados en el ranking publicitario. El mítico anuncio de Pronto en el que, la que parece ser una directiva al frente de un grupo de ejecutivos de buen ver, se dispone a ayudar a la señora de la limpieza lanzándose sobre la mesa de reuniones con una mopa gigante como eficaz instrumento deslizante. Creo que todos los que éramos niños entonces soñamos con reproducir aquella escena que algo tenía de hazaña porque, ¿cómo se las apañaba cuando llegaba al final de la mesa? Por favor, fijaos en su melena al viento propia de alguien que va en un descapotable a cien por hora.
El otro regalo televisivo es el famoso mayordomo de Tenn. En este caso es el original, barrigudo con cierta alopecia, vestido como el ayudante de cámara del duque de Edimburgo y habituado a caminar por pasillos oscuros y recargados hacia cocinas inmensas donde dos asistentas no logran darse cuenta de que las paredes están tapizadas con una capa negra de suciedad. Resultaba tentador pasar el algodón por los azulejos no me lo neguéis... Ese eficaz lacayo fue sustituido por un metrosexual que aleccionaba en materia de limpieza hogareña a tres esculturales mujeres ligeras de ropa. Cómo cambian los tiempos...
Yo me apunto al paño!!!!!!!, jejeje
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